Calefactores

Con el término calefactores nos podemos referir a la cualidad o capacidad de algo para calentar, a la persona que se dedica al mantenimiento, instalación, reparación o construcción de aparatos destinados a calentar y también podemos referirnos a un cierto tipo de aparatos de calefacción. En esta última acepción los calefactores se caracterizan por su capacidad de generar calor de manera rápida, normalmente a través de una resistencia, y de distribuirlo por la estancia a través de un pequeño ventilador. Son muy útiles para cuartos de baño y estancias de pequeño tamaño por su facilidad para mantener el aire y espacios pequeños a una temperatura agradable. Vienen a ser una combinación entre una estufa tradicional y un convector eléctrico.


Tienen normalmente doble interruptor, uno de aire sin calentar (de color verde) y otro para calefacción (de color rojo) y disponen habitualmente de soporte para poder variar su posición. Proporcionan un calor muy rápido gracias a la posibilidad de ajustar varios niveles de potencia (etapas intermedias entre la zona del termostato verde y la roja). Algunos modelos incorporan temporizador, termostato de regulación y filtro antipolvo en la entrada de aire que es uno de los principales inconvenientes de los modelos más antiguos que provocan un calentamiento excesivo de la resistencia y producen un olor poco agradable.


Los calefactores tienen un tamaño relativamente pequeño. Pueden ser de gas aunque en su mayoría utilizan energía eléctrica, más segura por la ausencia de combustión, lo que evita la aparición de monóxido de carbono, que puede ser peligroso sobre todo teniendo en cuenta que suelen ser utilizados para calentar habitaciones de pequeño tamaño.


Calefacción Central

Un sistema de calefacción central es aquel que se encarga de proporcionar calor a todo un edificio o bloque de viviendas merced a la generación de calor producida en un único lugar, normalmente un espacio habilitado para sala de calderas de un edificio.

La forma más empleada para generar calor centralizado es mediante combustión, porque el calor generado a través de resistencias eléctricas suele más caro que el generado por combustión. El combustible utilizado suele ser gas natural o gasoil y el calor se distribuye a continuación por un sistema de tuberías por las que circula normalmente agua caliente, aunque hay sistemas en los que circula aire caliente o vapor.

Un sistema de calefacción centralizada se compone, además de la caldera generadora de calor, de una bomba que se encarga de su distribución por el sistema de tuberías y de los radiadores de pared, encargados de  la distribución de calor por las habitaciones. Se recomienda la instalación de los radiadores debajo de las ventanas para aprovechar, por la diferencia de temperatura, la circulación del aire caliente por la estancia.

Los sistemas de calefacción centralizada colectiva deben disponer, para un mayor rendimiento, de un sistema de regulación en cada vivienda, incluso en cada estancia, ya que de esta forma se minimiza el impacto de las pérdidas de energía producidas por el calentamiento de pisos y habitaciones desocupadas o estancias en  dónde no es necesaria la misma temperatura durante todo el día. Para ello se precisa la instalación de válvulas termostáticas, que dejarán pasar o cortarán el paso del agua caliente en los radiadores, permitiendo así  un ajuste preciso de la temperatura en cada espacio,  y de programadores para establecer los horarios de funcionamiento.

Por ello la calefacción central es más eficiente en términos energéticos y económicos que las instalaciones individualizadas.