Sistemas de calefacción centralizada

La calefacción es la principal responsable del gasto energético en los hogares y si a ella le añadimos el agua caliente sanitaria ambos se llevan más de la mitad del consumo doméstico en España. Como es lógico los porcentajes de consumo varían según diferentes parámetros como son el uso de la vivienda, el nivel de aislamiento, y sobre todo el clima de la región en que esté ubicada, pero estos son factores que no dependen del usuario. El factor principal con el que el usuario puede intervenir para disminuir el gasto y contribuir a racionalizar su consumo energético es el sistema de calefacción que elija.


La mayoría de hogares disponen de sistemas de calefacción independientes, es decir instalaciones individuales independientes del resto de viviendas de su comunidad. Desde este punto de vista los edificios que disponen de una calefacción central son las más eficientes en cuanto a ahorro energético, siempre y cuando dispongan de un sistema de regulación individual para cada vivienda, ya que a mayor tamaño de la caldera, mayor rendimiento, y menor consumo. Además el coste de instalación es menor que la suma de todas las instalaciones individuales y las tarifas son más ventajosas al negociar un mayor volumen de combustible.


Su funcionamiento suele basarse en una caldera de agua caliente. Esta, a través de un sistema de distribución a base de tuberías, impulsa el agua caliente mediante una bomba hacia los radiadores de las viviendas, que son los encargados de la distribución del calor en las habitaciones.
Cada vivienda debe contar con sistemas individuales de regulación de la temperatura.

Los equipos y los canales de distribución de calor de estas instalaciones deben estar bien aislados termicamente para minimizar todo lo posible las pérdidas en el sistema.